miércoles, 27 de febrero de 2008

Manolo es uno de los mensajeros con los que trabajo. Es un hombre mayor, amable, enérgico y frecuentemente trae un puro entre los labios. A veces viaja acompañado de una mujer de su edad. Él se encarga de los envíos pesados o voluminosos y los recoge a ultima hora de la jornada. A esa hora es más tranquilo trabajar, comenta.

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